Ayer, cuando preparaba el desayuno, me encontré el azucarero sobre la mesa, aunque juraría que yo no lo había puesto allí. Hoy, mientras preparaba el desayuno, el azucarero no estaba sobre la mesa y, sin embargo, juraría que lo había puesto allí. De lo que deduzco que sí que lo hice, pero ayer, y mi cerebro ha tardado un día entero en informarme. Voy a castigarle dejándole sin chocolate, que sé que le produce una gran satisfacción cada vez que lo tomo. A ver quién puede más.
Yo este comentario te lo dejé ayer.
Dejo unas migas de letras, como Hansel y Gretel, y mañana me pasaré por aquí a ver si he leido el post.
Me entristece ver que este post no tiene ningún comentario.