Una noche, sin venir a cuento, Claudia me dijo que no durmiera en su cama.
A partir de esa noche dormíamos separados.
Había resentimiento por su parte y malestar por la mía.
¿Por qué no me hablas?, le dije.
No lo sé, sólo sé que te odio intensamente, me dijo, ¿y tú que sientes?
Remordimientos.
Una mañana discutimos violentamente. Era horrible gritarse sin saber el motivo.
Por la tarde llegó a casa antes de la hora. Mi amiga Eva y yo estábamos en el sofá, besándonos.
Esa misma noche, Claudia y yo hicimos el amor en la ducha y volvíamos a ser felices.
Retrocuentos 3.
marzo 4, 2010 por antoniosimon
🙂
:-)!!